Año Nuevo, Iu Nueva
Felix Taberna
El final del año siempre es buen momento para hacer balances y proponer retos nuevos. En cualquier caso, cada día tiene su afán y no hace falta esperar a todo un año. Una de mis reflexiones es que este año que empieza supone dejar atrás a más de veinte años de dedicación intensa y mucha de ella, exclusiva a IU. Empecé como las vacas de Macua, de pueblo en pueblo y terminé desperdigado por los Madriles. Es algo que lógicamente forma ya parte de mi biografía, de mi mochila.
Esta lejanía orgánica no me hace estar desinteresado por lo que se hace en IU. No me resisto a elevar algunas reflexiones a modo de brochazos. La primera es que no han pasado 100 días desde el arribo de la nueva dirección federal y que por lo tanto habrá que esperar para evaluarla. De momento, se percibe una excesiva tendencia a aparecer como una fuerza en constante movilización; el movimiento por el movimiento. Quizás, en algún momento, se compense con un poco de reflexión para elevar nuevas propuestas. Por otro lado, donde considero que no se debe parar es en el proceso de reafiliación y pulcritud del censo.